En verano, el calor y la humedad pueden provocar estrés térmico en los conejos, que combatirán el calor respirando con agitación y dilatando los vasos de sus orejas para eliminar el calor latente. El organismo del animal está, por tanto, sometido a un gran esfuerzo.
Durante este periodo, el consumo de pienso disminuye de forma significativa y proporcional al nivel de temperatura media diaria de la explotación. Las repercusiones sobre los rendimientos zootécnicos pueden ser numerosas. En la maternidad, se observa a menudo un descenso de la fertilidad y de la prolificidad, así como una disminución del estado general y de la viabilidad de las reproductoras (sobre todo alrededor del parto), una merma del peso de los gazapos o además deterioro de la producción lechera. En el engorde, igualmente se observa una disminución del crecimiento.
El uso de los equipos, en particular los de ventilación, será fundamental para la correcta gestión de la explotación durante los meses de verano. Antes de todo, resulta necesario asegurarse de que las entradas de aire no estén bloqueadas ni obstruidas, ya que esto puede reducir la circulación del aire o aumentar demasiado su velocidad.
En un sistema de ventilación por depresión, las entradas de aire « parásitas », sobre todo en las salidas de las fosas, perjudican considerablemente la eficacia de los cooling (refrigeración). Por lo tanto, es esencial sellar al máximo la nave. Si se utiliza un sistema de refrigeración con cooling, deben comprobarse las sondas y la limpieza de la instalación. Los ajustes de ventilación suelen aumentarse entre 1 y 2 °C durante el periodo estival y el caudal máximo debe fijarse entre 2 y 3,5 metros cúbicos por hora y kilogramo de peso vivo para naves que cuenten con cooling (refrigeración) suficiente.
Hay que distinguir dos periodos: un periodo de inter estación en el que la refrigeración sólo se utiliza durante las tardes calurosas y un periodo caluroso en el que la refrigeración se utiliza relativamente temprano desde la mañana. Así pues, se pone en funcionamiento antes de que el caudal de ventilación alcance el máximo.
En periodo caluroso, el acceso a los nidos se deja abierto todo el día para facilitar la circulación de aire a nivel de los gazapos en el nido.
Además de los equipamientos, hay que prestar especial atención a la alimentación. El crecimiento y la producción de los animales están estrechamente ligados a la cantidad de energía ingerida. Dado que la ingesta disminuye de forma natural en verano, es necesario compensar esa falta.
En el caso de los animales de engorde y reposición de futuras reproductoras, deben adaptarse los horarios de distribución del pienso. El momento óptimo para la distribución es al inicio de la noche, cuando la temperatura de la nave ha descendido. En el supuesto de aplicar programas de distribución « horaria », ha de aumentarse la duración para compensar la reducción de la velocidad de ingesta.
Para obtener reproductoras persistentes en otoño, es necesario que las futuras reproductoras tengan un crecimiento acorde con los objetivos, durante el periodo estival. En este contexto, si la modificación de los horarios de distribución no es suficiente, será necesario utilizar una base nutricional más concentrada para esta categoría de animales.
Con el fin de mejorar el aporte nutricional en las hembras en producción, resulta esencial razonar el programa de alimentación de base: el pienso de maternidad se concentra generalmente en la mayoría de estos valores nutricionales a partir de la primavera. La elección del pienso pre destete y la duración de su distribución también pueden reconsiderarse durante este periodo.
No dude en ponerse en contacto con su fabricante de pienso y/o su veterinario para establecer la estrategia nutricional más adecuada para su explotación.
Es posible suplementar la alimentación de las hembras mediante el agua de bebida o el pienso. A través del agua de bebida, el tipo de suplementación se adapta a cada periodo del ciclo:
- En el período de transferencia al parto: Hepatoprotector, estimula la ingesta, las funciones renales y hepáticas.
- En el periodo del parto: vitamina C y antioxidante: estimula el consumo de alimento
- En el periodo previo a la inseminación: suplementos vitamínicos específicos para la reproducción (vitamina E y selenio).
- Durante el periodo de lactación: Aporte de vitaminas, oligoelementos y aminoácidos, que compensan la falta de ingesta.
- En cualquier momento si la temperatura es muy alta: vitamina C y antioxidante y/o rehidratante
En cuanto al complemento alimentario, por lo general se distribuye coincidiendo con los períodos de subconsumo (ante parto) o de alta necesidad (día 14 a día 21).
En cualquier caso, las recomendaciones mencionadas son inseparables entre sí. El sustento nutricional en verano debe considerarse en un enfoque global.